sábado, 10 de noviembre de 2012

500 días juntos

"Por un lado quiero olvidarla, pero por otro sé que es la única persona en todo el universo que podría hacerme feliz."


sábado, 27 de octubre de 2012

It's too complicated.


Durante nuestra vida pasamos por hechos y situaciones que nos ayudan a cambiar, a ser mejores o peores, a aceptarnos como somos o a luchar por hacerlo. Pasan continuamente cientos de personas que pueden ayudarnos a conseguirlo o que lo único que quieran sea hundirnos. Pero siempre habrá una persona, sólo una, que consiga realizar un gran cambio en ti.

Nací del choque entre un ángel y un demonio.
De los dos, el que se muestra al exterior es el ser de alas blancas y rebelde que consigue hacer creer a la gente que soy buena y que en mi pecho late un gran corazón.
Todos ven al angelito. Todos creen saber cómo soy.
Pero nadie ve al demonio.
Nadie piensa que está ahí. Para ellos es incomprensible que pueda existir, pues el ángel eclipsa cualquier otro pensamiento. Pero es el demonio quien reina en mi interior. Él es el dueño de mis pensamientos reales y de mi ser. Espera dormido y paciente a que llegue el día en que deba mostrarse al exterior. Mientras tanto, hace de las suyas en su escondite.

Hay algo que no funciona bien en mí, algo que está mal, que está roto. En mi interior sólo hay grietas y espacios en blanco, oscuridad y vacío.

¿Qué ocurre si llega el día en que aparece esa única persona capaz de realizar un cambio importante?
Las manecillas del reloj avanzan lentamente, en eterna tortura y a la espera de una decisión.
Pero, ¿qué hacer? ¿Qué hacer cuando tus pensamientos siempre han estado teñidos de negro y la esperanza o el cambio nunca han tenido cabida entre ellos?
¿Qué hacer? ¿Arriesgar y ganar? ¿O seguir muriendo lentamente?
Te sometes a un eterno conflicto, mientras oscuridad y luz se debaten por ver quién es el ganador. Mientras mente y corazón se enzarzan en una disputa que podría durar milenios.
Mientras el ángel y el demonio se miran a los ojos y entrelazan sus manos, pues saben que, ocurra lo que ocurra, están juntos en esto. No pueden existir sin el otro. Uno siempre llevará la delantera, pero jamás podrá alcanzar la meta si no arrastra un poco de su opuesto detrás.

Y entonces, ocurre algo que jamás ha sucedido y que sorprende a todos: la luz se abre paso entre la oscuridad para, por primera vez, llevar las riendas de la situación. Pero la oscuridad sigue ahí, nunca se irá. Es el elemento principal y aunque haya perdido por primera vez frente a la luz, siempre actuará desde las sombras.
¿Y qué es lo que ocurre?
Que te has dejado convencer.
Te has dado cuenta de que alguien ha podido atravesar la oscuridad y el hielo. Que alguien te ha hecho ver que ese algo que está roto en tu interior puede arreglarse. Pero... ¿quieres arreglarlo? Tu respuesta es un rotundo no. Hasta que esa persona empieza a meterse de lleno...

Empiezas a dejar que te arrastre. El tiempo pasa lento y, sin embargo, sientes que ha transcurrido una eternidad. Y piensas: ¿qué tiene esa persona? ¿por qué es precisamente ella la que logre realizar ese cambio? Y aunque parece compleja, la respuesta es sencilla.
Esa persona no tiene nada especial frente a los ojos de los demás. No hay que haga parecer que es un ser extraordinario. Nada parece hacerlo resaltar.
Excepto a tus ojos.
¿Por qué? Porque es justo lo que esperabas. Porque es el primero que acepta cada centímetro de ti. El primero que no tiene miedo de tu oscuridad. El primero que quiere arriesgarse de verdad.
Porque desde el primer instante, algo estalló, porque eráis más parecidos de lo que creíais. Porque existía una química que os unía.

Pero ocurre algo que acaba con todo. No hay explicación ni razón de ser.
¿Y qué pasa contigo? Por un instante te has vuelto vulnerable. Por un instante pensaste que podía ser, que lo que había mal dentro de ti podría arreglarse.
Pero ha ocurrido justo a tiempo y has tenido tiempo de reaccionar. Has tenido tiempo de volverte a cerrar y la oscuridad ha vuelto a ocupar su lugar. Porque no ha ocurrido ese gran cambio, no ha habido tiempo, no te has podido enamorar. Y piensas menos mal.

Sin embargo, algo sí ha cambiado. No ha habido tiempo de que fuese un cambio grande, pero sí de que fuese significativo:
La oscuridad ha vuelto a su sitio. El vacío y el frío siguen inundando tu interior. Las grietas se han vuelto más grandes y ahora duelen. Pero la luz... la luz se ha henchido de orgullo, pues ahora sabe que es capaz de ponerse a la altura de la oscuridad. Sin embargo, aquello que la luz desea es imposible de alcanzar.


Pero después de haber visto un poco de luz, la oscuridad ya no se muestra tan tétrica. Y aunque quizás la luz jamás llegue a alcanzar lo que anhela, el haberlo poseído durante un breve instante le es suficiente.

Las cosas pueden salir bien. Aunque no quieras que la luz vuelva a vencer, todo puede ir bien.

Mientras acepte lo que soy y el ángel y el demonio no se peleen.

Death

¿Y si lo que nos separa del mundo de los muertos no es más que una fina línea?
No me refiero a la muerte, a nuestra propia muerte, sino al mundo de los muertos. Al sitio donde van a parar cuando les ha llegado su hora.
¿Y si, lo que creemos que es un gran muro, no es más que una línea delgada que no nos atrevemos a atravesar y nos negamos a creer que existe, sólo para sentirnos mejor?
Para sentir que ya no los podemos ver ni tocar.
Para ahuyentar el temor de que aún sigan aquí.


viernes, 26 de octubre de 2012

sábado, 13 de octubre de 2012

Ellyn and Isaac.

Acarició con la yema de los dedos el suave tapizado rojo, deleitándose con su recién adquirida naturaleza, notando cómo sus sentidos se habían sensibilizado aún más. A pesar de la inmensa oscuridad en la que estaba sumida, podía apreciar claramente cada bordado, cada símbolo tallado en el terciopelo.
Tomó una bocanada de aire, intentando asimilar un poco de valor, aunque realmente ya no le hiciese falta respirar. En realidad, ya no necesitaba realizar ninguna función vital por una razón: estaba muerta.
Esperó pacientemente unos minutos más, hasta que estuvo completamente segura de que el sol se había perdido en el horizonte. Ninguna luz podía colarse en su encierro, pero era incapaz de no saber a qué hora salía o se ponía el astro que podía hacerla arder. Porque, como nueva vampira, se le habían otorgado nuevos dones, pero también demasiadas maldiciones.

La Condesa Lucanor apoyó las manos sobre la tapa a centímetros de su rostro y empujó sin dificultad, abriendo el ataúd que había sido, hasta ese momento y durante todo el día, su lugar de descanso. Se incorporó con cuidado y contempló la estancia en la que se encontraba, iluminada por las antorchas que bordeaban su féretro y el de su acompañante. Las paredes de pizarra negra brillaban con un resplandor tétrico que les adquiría la luz del fuego y las bases de mármol donde se elevaban creaban sombras en el suelo la mar de siniestras.
Observó con atención cómo el otro ataúd se abría lentamente y en él se desperezaba un joven con el cabello medianamente largo y oscuro como la noche que los cubría. Su piel pálida lo hacía parecer de porcelana y sus preciosos ojos azules comenzaban a adquirir un brillante color rojo mientras la observaban.
La Condesa se estremeció ante su atenta mirada. Si hubiera sido capaz de ruborizarse, seguramente sus mejillas se habrían teñido de rojo en aquel momento, después de haber sido la diana de la sonrisa perfecta que él le dirigió.

El Conde Lucanor examinó con una dulce sonrisa la delicada belleza que tenía ante sus ojos. Su amada lucía tan hermosa que no podía dejar de admirarla. Su largo y lacio cabello azabache, adornado con una hermosa diadema con aspecto de gargantilla. Su delicado cuello bordeado por el collar de rubí. Sus finos labios coloreados en morado. Y sus ojos. Oh, sus hermosos ojos del color de la más exquisita miel, que ahora lo miraban temerosos, teñidos de rojo.

_Necesitáis alimentaros, Ellyn.-dijo casi en un murmullo, haciendo que su voz sonase melodiosa y armónica.

Salió del ataúd con agilidad pasmosa, acompañado de la elegancia que le proferían sus dotes vampíricas. Se acercó con pasos suaves hasta la Condesa y le tendió su mano, esperando que ésta no le rechazase.

Ellyn atendía cada uno de los movimientos del joven, maravillada por su delicadeza y elegancia, a la par que rapidez. Lo vio acercarse a ella y sus ojos se posaron en la mano que él le tendía. Necesitáis alimentaros, había dicho. Ella no quería hacerlo pero, ¿qué otra opción le quedaba?
Posó su mano sobre la suya, ambas pálidas como el mármol que sostenía su ataúd de madera negra. Dejó que el Conde la alzase con delicadeza y salió del féretro casi flotando, posando sus pies sobre el frío suelo de piedra gris. Al hacerlo, los bordes bajos de su vestido negro acariciaron la superficie y Ellyn bajó la vista para contemplar la prenda que la cubría; un entallado vestido de época, con mangas largas y sueltas, con ribetes rojos y escote redondeado.
Antes de que el Conde la condujese hacia el abrigo de la fría noche, le sostuvo la mano con fuerza y lo retuvo a su lado.

_ ¿Ocurre algo, Ellyn?- el joven vampiro la miró extrañado.

_ ¿Podéis quedaros un segundo a mi lado antes de partir de caza, Isaac?- dijo en un susurro, insegura de sus palabras.

_ Por supuesto. Pero, ¿puedo preguntaros el por qué? Vuestro recién convertido cuerpo y espíritu necesitan sangre de urgencia.- el Conde parecía preocupado.

_Lo sé. Vos ya me habéis explicado todo lo que confiere a mi nueva condición. Pero...-se mordió ligeramente el labio inferior y agachó la mirada.-... necesitaría de un momento junto a vos.

El Conde Lucanor sonrió con dulzura y se acercó a su amada, acariciando su mejilla con la yema de sus dedos. Dibujó el contorno de su rostro hasta detenerse en la barbilla y obligarla a alzar la cabeza para que lo mirase.

_Como deseéis, mi amor.

Esas últimas palabras habían hecho estremecerse a Ellyn. Sus ojos se encontraron con los de Isaac, rojos de hambre pero inundados de otro sentimiento aún más poderoso. Ella eligió quedarse junto a él, convertirse en lo que ahora era: una criatura inmortal, con sed de sangre, peligrosa y de grandioso poder... pero capaz de amar con la fuerza de mil mares. Se dijo a sí misma que no se había equivocado al tomar aquella decisión.

_Sois todo un mundo para mí, Ellyn. Pasaría el resto de mi vida a vuestro lado antes que con nadie más. Y aún teniendo nuestros altibajos, sabremos tratarnos bien el uno al otro y pasar el resto de nuestros días inmortales juntos.

_No desearía estar en otro lugar que no fuera junto a vos.

Isaac volvió a sonreír, antes de apoyar su frente contra la de ella, dejando sus labios a escasos centímetros; una tentación demasiado fuerte. Colocó las manos a los lados de su cintura y describió con sus labios un camino hasta su cuello, donde acarició levemente su piel con sus afilados colmillos. Regresó de nuevo a sus labios, dejando que sus alientos y respiraciones se mezclasen en el diminuto espacio de apenas un centímetro, antes de atrapar su boca con la suya. 
Se fundieron en un delicado beso que se tornó más apasionado por momentos, mientras sus cuerpos se unían hasta conformar un único espíritu. 
Se detuvieron y, aún con sus labios rozándose, sonrieron.

_ ¿Bailaréis conmigo?

_Para toda la eternidad.

Y así permanecieron durante varios minutos, abrazados y dejando que una música invisible los guiase en su tierno vals a la luz de las antorchas.


lunes, 8 de octubre de 2012

¿Príncipe azul? Prefiero al lobo feroz.

¿Qué tiene de malo no buscar un príncipe azul?

Esa manía de buscar a un chico que  te trate como si fueras de porcelana. Buscar chicos de figuras literarias; chicos malos como Step de A tres metros sobre el cielo o un Peeta Mellark de Los Juegos del Hambre.

¿Por qué? ¿Para qué?

Altas expectativas casi siempre truncadas o demasiado exageradas...

Qué ganas de intentar meterme en la cabeza ese prototipo de chico. Qué manía de buscarme un Romeo...

Oh, por favor.. Romeo&Julieta, la historia de amor más absurda, sobrevalorada y exagerada de toda la historia. Un romance cuya duración no supera los tres días, sacada del típico amor a primera vista y que termina con un suicidio doble sin sentido. Una obra maestra escrita por un hombre al que idolatro, William Shakespeare, pero que no hay quien se la crea.

Amigas, madre, mujeres en general... dejad de buscarme un príncipe azul o un Romeo sacado de época, que los príncipes azules ya no se llevan.
Yo sé lo que busco, sé lo que quiero...

Prefiero mil veces un chico que se meta conmigo y me chinche, a uno que siempre me dé la razón y sea demasiado amable. Que prepare una tarde de chuches y una película que uno que me lleve a un restaurante caro. Un chico que me acepte como soy, me tolere, se ría conmigo y aguante mis tonterías, no que se pase la mitad del día diciéndome lo "maravillosa" que soy.

Ese chico es para mí y os demostraré que le da mil vueltas a vuestros príncipes azules.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Dark Shadows

La oscuridad me llama para que permanezca a su lado. Mi fiel compañera, de encuentros confusos en noches sin sentido.
¿Se habrá dado cuenta de que ha empezado a emerger la luz? Querrá que sea sólo suya, que sólo ella inunde mi interior.
Pero, ¿qué hay de malo en dejar pasar un poco de luz? ¿Tan destructivo sería?

Sería tu perdición.

¿Por qué? 

Las tinieblas son tu manto. Deja que sigan siendo tu cuna. La luz es letargo.

¿Para siempre?

Para siempre.

De acuerdo.


martes, 18 de septiembre de 2012

You are perfect

Si un chico te dice que eres perfecta no le creas, pues la perfección no es más que un vano deseo incoherente e inexistente.
Pero si un chico te dice que eres perfecta para él, entonces asegúrate de no dejarle escapar, pues quiere decir que eres tú a quien quiere no a un vano deseo.


martes, 11 de septiembre de 2012

Microrrelato~Mi sonrisa de mazapan

Miro la televisión, tumbada en el sofá, mientras una de mis películas favoritas es retransmitida por el canal cosmopolitan. En la pantalla, Hugh Grant consigue sacarme una sonrisa como siempre hace en todas sus películas. Y en la siguiente escena, otra historia distinta, donde un niño de diez años bromea con su padre y le pide ayuda para conquistar a la chica de la que está enamorado.
Adoro este tipo de películas. Esas en las que se cuentan varias historias distintas pero que al final resultan estar todas relacionadas unas con otras de alguna forma.

Abrazo con fuerza un cojín, pegando las rodillas a mi pecho e intentando hacerme más pequeña, mientras observo con una sonrisa estúpida y los ojos llorosos una película que he visto como unas quince veces y que nunca me cansaré de ver; Love Actually. Desvío mis ojos durante unos segundos hacia el árbol de navidad, cuyas pequeñas lucecitas parecen burlarse de mí en un parpadeo incesante. Esta época del año es cuando más me gusta ver esta película, ya que ésta transcurre también durante esta festividad. Claro que también disfruto viéndola en cualquier momento del año.

Pero esta vez es diferente.

Las bolas de cristal reflejan los destellos parpadeantes de las luces, creando minúsculos arco-iris dentro de sus perfectas esferas. Una serie de estrellas plateadas se enroscan alrededor del mediano árbol, haciendo lucir mucho más elegante a su tosco color verde. Y un pequeño ángel corona su copa, con una minúscula arpa y unos diminutos ojos que parecen observarme y compadecerse de mí.

Aparto la vista del árbol y vuelvo a fijarla en la pantalla,  justo a tiempo de ver una de mis escenas favoritas. Mis ojos se vuelven a humedecer, presos de sentimientos que debería procurar abandonar. Esta noche es nochebuena y debo estar serena para cenar con mi familia. Aunque desearía con todo mi corazón vivir algo la mitad de encantador que lo que viven los personajes de la película. Aunque sé que eso es imposible... al menos desde hace una semana.

Me levanto del sofá y me dirijo a la cocina para tomar un poco de chocolate que mi madre me ha dejado preparado antes de irse a visitar a una de sus amigas. Me sirvo un poco del liquido caliente en una taza y me dirijo de nuevo al sofá, sintiendo como suaves lágrimas se deslizan por mi mejilla sin que pueda hacer nada por impedirlo. Mis dedos recogen las pequeñas gotas en un gesto mecánico ordenado por mi cerebro. Necesito estar tranquila.

Cruzo las piernas sobre el sofá y agarro la taza con ambas manos, intentando calentarlas con el calor que desprende la cerámica. Pero entonces suena el timbre.
¿Quién diablos puede ser? Me levanto, dejando la taza sobre la mesita negra del salón y voy hasta la puerta. Hago girar la llave hasta que escucho el suave click y la abro, bastante contrariada. Pero lo que encuentro al otro lado me roba todo el color de mis mejillas.

Nico está parado frente a mi puerta, con las manos dentro de los bolsillos de su sudadera blanca; una sudadera que yo misma he llevado puesta...
Parece algo azorado, con sus preciosos ojos marrones fijos en mi collar de luna y el cabello castaño algo despeinado. Adoraba verle así, con ese aspecto, con el pelo desaliñado y ropa cómoda, siempre que salíamos a tomar algo por calles tranquilas y poco transitadas, pues sabe que odio terriblemente verme envuelta entre demasiada gente. Pero claro, esas cosas las hacíamos hasta hace una semana... Hasta que yo decidí que era mejor acabar con aquello que teníamos, que no hacía más que torturarme la mayor parte del tiempo.

Sigue con la mirada puesta en mi collar. Parece sorprendido, aunque también contrariado. Puedo entenderle, puesto que me lo regaló él y no es muy normal que aún lo lleve alrededor de mi cuello si fui yo quien decidió acabar con lo nuestro. Pero él no lo entiende.

Sigo observando su rostro, un rostro que he echado terriblemente de menos pero que me he obligado a olvidar. Y ahora está aquí, en la puerta de mi casa, por nochebuena. Mirándome a los ojos con esos preciosos iris que tantas veces me habían maravillado.

Y entonces me doy cuenta de que me está mirando a mí. A mí y no al collar.

-¿Q-qué haces aquí?- las palabras se atropellan en mi boca, saliendo en forma de mi voz. Aunque juraría que mi voz es mucho más audible y segura...

-Verte.- dice, con expresión fría.

-Ya me doy cuenta... mi pregunta, realmente, es por qué.-suelto, luchando con todas mis fuerzas por no apartar la mirada de su cara inexpresiva.

-Tenía que asegurarme de que eres real.

No ha sido su comentario lo que ha reaccionado como una flecha directa a mi corazón, si no la frialdad con que lo ha dicho, totalmente ausente del más atisbo sentimiento amable. Pero me lo merezco.

-Bien, pues ya lo has comprobado. Puedes irte. Tengo que prepararme para irme a cenar con mi familia.-esta vez no soy capaz de mirarle directamente cuando contesto, pues tengo miedo de echarme a llorar.

Doy un paso atrás, dispuesta a cerrar la puerta, pero me coge de la muñeca y tira de mí hacia fuera. Casi pierdo el equilibrio y caigo por las escaleras, por lo inesperado de la situación, pero él me coge por la cintura, evitando así que caiga. Su proximidad me aturde y siento deseos de pasar mis manos alrededor de su cuerpo y abrazarle con fuerza. Pero me detengo a tiempo y me aparto.

-¿Por qué has hecho eso?- estoy cabreada y mis ojos vuelven a estar llorosos.

Pero él no contesta. Alarga el brazo más allá de donde estoy y cierra la puerta tras de mí. No entiendo por qué, pero no reacciono. Ni siquiera cuando me coge de la mano y tira de mí escaleras abajo. Ni siquiera cuando me percato de que lo que llevo de ropa es un pantalón corto de pijama y una sudadera azul.

Me lleva por varias calles, donde el ambiente navideño puede respirarse en cada mota de aire. Las luces colgando de farola a farola, con sus Felices Fiestas  adornando cada cruce. Escaparates de tiendas cerradas con sus guirnaldas y sus árboles vivamente decorados. Gente paseando con hermosas sonrisas que hacen mucho más armoniosas y felices estas fiestas.

Y seguimos caminando, casi corriendo. No sé a dónde me lleva, pero me asusta pensar en lo que pretende. Sé que Nico jamás me haría daño físicamente, pero no estoy tan segura de que no me lo hará psicológicamente.

Finalmente, llegamos a lo que parece nuestro destino: la casa de sus tíos.

- ¿Qué hacemos aquí?- frunzo el ceño. No puedo creer que pretenda humillarme delante de su familia por haberle dejado.

Pero no contesta. Saca una llave del bolsillo de su vaquero y la introduce en la cerradura, mientras yo espero detrás suyo con las manos cruzadas en el pecho y las piernas juntas por el frío que estoy pasando al no llevar un pantalón más abrigado. La puerta se abre y Nico me vuelve a coger de la mano, tirando de mí hacia el interior de la casa. Pero nada me prepara para lo que encuentro dentro.

El salón está hermosamente decorado con todo tipo de luces de navidad y adornos de ángeles y estrellas plateadas y azules. El sofá está cubierto de pétalos de jazmín, mi flor favorita,  y hay una bolsa de nubes de algodón sobre la mesita.

Nico se acerca a la minicadena de su tía y la pone en marcha, dejando que suene una canción que sabe que adoro demasiado: All I want for Christmas is you cantada por My Chemical Romance. Baja el volumen, para dejar que su voz se escuche por encima de la música sin tener que alzarla y, por primera vez desde que salimos de mi casa, me mira a los ojos.

-Sé que es tarde. Sé que tomaste tu decisión y, aunque no lo creas, sé perfectamente por qué lo hiciste.- hace una pausa y traga saliva.- No supe ser lo que mereces ni lo que necesitas. Me comporté como un capullo, creyendo que daba igual lo que hiciese, que estarías a mi lado a pesar de no darte lo que debería haberte dado. No te cuidé.- aparta la mirada para observar el salón y suelta un suspiro.- Pero es nochebuena y se supone que en nochebuena los deseos se cumplen, que es una noche para decir la verdad... He hecho todo esto para ti, porque te amo, porque me he dado cuenta de que ni en un millón de años encontraría nadie que pudiese alcanzarte. Porque soy completamente adicto a ti y no es lo mismo cuando no estás junto a mí...-me vuelve a mirar.- Todo lo que quiero por navidad eres tú.

Las rodillas me tiemblan y finas lágrimas recorren mis mejillas con una dulce caricia, mientras le miro ahí, parado delante de mí, haciendo todo esto. Las palabras se ahogan en mi garganta y no soy capaz de reaccionar. Al ver que no respondo ni hago nada, Nico frunce los labios y asiente levemente con la cabeza.

-Entiendo... puedo acompañarte a casa si...- pero le interrumpo a la mitad de la frase.

He acortado el espacio que nos separaba en medio segundo, agarrándole de la sudadera para acercarlo a mí y callando a su boca con la mía. Mis labios acarician los suyos mientras su lengua juega con la mía y sus manos me acarician el cuello, atrayéndome hacia él.

Y entonces me doy cuenta de que no pertenezco a otro lugar más que a sus brazos.
Para siempre.

martes, 21 de agosto de 2012

Debilidad... ¿o necesidad?

¿Soy débil... o simplemente estoy empezando a sentir los síntomas de una creciente necesidad por tener a un compañero a mi lado que sea cómplice de mis delirios?

O lo que es lo mismo... ¿anhelo el amor?

Por Lucifer, no. Esa jamás debería ser la pregunta ni la respuesta a mi reciente e irrepetible derrumbe. Porque... ¿cómo puedo anhelar algo que ni entiendo, ni he sentido ni quiero sentir?

Puedo escribir los más hermosos textos hablando de ese sentimiento. Puedo describirlo, puedo detallarlo, puedo crear un remolino de palabras que harían soltar suspiros a las mentes de romances. Puedo hablar del dolor que desgarra el corazón por el rechazo y la traición.

Pero no puedo entenderlo.

¿Enamorarse? ¿Qué es eso? ¿Qué se siente? ¿Cómo sabes que no es más que una confusión, que tu cerebro ha analizado erróneamente una serie de datos?
Yo no tengo ni idea de qué es estar enamorada. Me he dado cuenta de que en todas mis relaciones, cuando he creído sentir ese sentimiento, luego me he dado cuenta de que no, de que era un error, nunca estuve enamorada, simplemente confundía los hechos.
Entonces... ¿cómo puedo saber si estoy enamorada?

Es una pregunta que ni puedo ni quiero responder.


viernes, 17 de agosto de 2012

Cierra tu boca con cremallera

En un momento creo haber dicho claramente que nado entre defectos, que toda yo soy un cúmulo de defectos y hasta dentro de mis virtudes los tengo. Pero creo recordar que en ningún momento dije que eso permitía a la gente creerse mejor que yo ni que eso les daba el derecho a pensar que porque yo tengo muchos defectos, ellos siempre tendrán la razón.

Una persona que se ofende con facilidad con cualquier chorrada debería analizarse seriamente a sí mismo, o al menos pensar un poquito en cómo ha transcurrido la situación para ver si de verdad tiene derecho a ofenderse o a pensar que lleva la razón.

Me cansa mucho ver a ese tipo de gente, que porque ellos crean que algo es como dicen inmediatamente esa es la verdad y no hay discusión. No admiten ningún tipo de crítica, ni mala ni buena ni constructiva; ninguna de ninguna clase. Se cierran en pensar que llevan la razón porque sí, mientras la otra parte afectada debe decidir entre pasar completamente de la situación o mandarlo directamente a la mierda. 

Yo siempre he optado por pasar.
Hasta que llegue el momento en que explote.

Si coges un globo y comienzas a rellenarlo de agua, el globo podrá aguantar y sostener el agua durante bastante tiempo. Pero si seguimos rellenándolo más y más y más... llegará un momento en el que el globo cederá y explotará, soltando toda el agua que tenía acumulada.

Eso mismo les pasa a las personas.

Una persona corriente puede soportar un número máximo de tonterías. El momento en que ese número es superado, la persona no es capaz de sostener el peso de la situación y termina explotando en un arranque de ira, expulsando todas aquellos reproches y sentimientos acumulados por largo tiempo. Lo que causa la explosión no tiene por qué ser una gran detonación: basta el más mínimo roce para que ocurra.

Es cierto que ese tipo de personas, tan mínimamente susceptibles a cualquier mínimo comentario, se vuelven tremendamente egoístas en algunos aspectos. No en todos, ojo, sólo en algunos.Quizá inconsciente o conscientemente, pero fuerzan situaciones en las que rayan la vanidad y el egoísmo.

Tampoco puedo soportar a las personas que intentan robarte, por decirlo de alguna manera, algo que ha sido tu vida desde siempre, o que intentan simplemente convertir tus sueños en los suyos, creyendo que ellos pueden cumplirlos antes que tú o que pueden hacerlo mejor. Se interponen en lo que ha sido tu pasión y tu alma y, ENCIMA, pretenden creer que saben más de lo que tú sabes. 
Prepotencia.

Son cosas que, simplemente, no soporto. Me sacan inmediatamente de mis casillas, el ver cómo pretenden creer que saben más que yo de algo que conozco desde SIEMPRE y que ellos acaban de empezar a conocer. El ver cómo se recochinean de conseguir cosas que yo llevo tiempo intentando alcanzar o de intentar interponerse en lo que para mí es, simplemente, mi vida.

Para los que me conocen, creo que ya han encontrado la fuente de mis actuales y habituales rachas de mala leche.

Para los que no, no se esfuercen en intentar cambiar lo que pienso. Este es mi espacio. Es mi opinión. Creé este blog con el fin de desahogarme y de poder dejar mis escritos, plasmando sentimientos y situaciones, no para que la gente me critique. Acepto críticas constructivas, pero ninguna reprochativa (no estoy segura de si existe esa palabra, pero creo que me entenderéis bastante bien).

A veces tenemos que cerrar nuestras bocas con cremalleras.. pero encontramos la llave y no podemos evitar abrirla con todas nuestras fuerzas.

Porque, al fin y al cabo, cambiamos de máscara cada día.

Puede que hoy no lleves la cremallera puesta. Asegúrate de que no la llevas.

Pues es mejor callar bocas que cerrar la tuya propia.


domingo, 5 de agosto de 2012

Nuestros sueños nos engañan

¡Qué bonito es soñar! ¿No es cierto?

Nuestra mente se dedica a vagar entre los más recónditos deseos de nuestro corazón, impulsada por la ferviente pasión del que un día espera poder ver realizados sus anhelos. 
Nuestra alma, tan aventurera y sin complejos, tan decidida a arrancar suspiros en una noche de verano, por secretos ya contados y el inminente amanecer, donde una estrella se vio caer.

¿Cuán predispuestos estaremos, por perseguir nuestros destellos y ver así cumplidos nuestros sueños?

Pero cuidado, no nos engañemos, y tengamos siempre al acecho
que no importa cuánto lo deseemos...
nuestros sueños, son sólo nuestros.



lunes, 30 de julio de 2012

Sal con una chica que lee, por Rosemary Urquico


Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.


jueves, 26 de julio de 2012

Somos un espejo

Soy de ese tipo de persona al que le gusta disfrutar de cada mínimo momento de la vida sin importarle nada y pasando de todo.
Es una manera de vivir un tanto compleja, ya que requiere de mucha voluntad y valentía.
No todo el mundo puede desatenderse de todo y disfrutar. La mayoría vive preocupada por sus problemas, por lo que tiene o no tiene que hacer. Pero yo os haré una pregunta: si un problema tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si no tiene solución... ¿para qué te preocupas?... Es tan sencillo como eso. He ahí una de mis filosofías predilectas...La cosa es que todo el mundo busca complicarse la vida, haciendo una montaña de un minúsculo grano de arena.
No he vivido mucho, tan sólo unos 18 años y medio... y quizá con esa edad no sea la persona más indicada para darle lecciones a nadie, ni para dar consejos ni para buscar filosofías. Pero, ¿acaso no llevo razón?
Me he pasado mucho tiempo de mi vida preocupada por cosas de las que no debería preocuparme, montándome historias en mi mente sin pies ni cabeza, trabándome por cosas que no valen la pena... y he llegado a una situación en la que me replanteo si de verdad nada de eso importa.
Me he dado cuenta de que últimamente mi punto fijo es la muerte. Baso casi todo lo que hago en eso, en que algún día voy a morir. Y, pese a lo que penséis, no es algo deprimente. Al contrario, me hace ver la vida de otra manera, sabiendo que debo disfrutar todos y cada uno de los minutos de mi vida.
Sé que debo estudiar, sé que algún día debo trabajar, sé que debo de hacer esto o hacer lo otro si no quiero terminar en la calle o si quiero tener el dinero suficiente para hacer aún más cosas de las que pretendo. Pero, yo vivo para vivir, no vivo para trabajar ni para estudiar.
La mayor parte de la gente, si están estudiando/trabajando y sus amigos les proponen un plan, lo rechazan por la simple razón de que están estudiando/trabajando. Yo no. Pero no porque sea una irresponsable, si no porque creo firmemente en que la vida está para VIVIRLA. No te digo que no estudies. No te digo que no trabajes. Pero tampoco te digo que no vivas.
Si las personas disfrutásemos un poco más, si aprendiésemos a ignorar los problemas y sacarle el jugo a cada situación para hacer que la adrenalina y la pasión corra por nuestras venas, todo sería mucho más fácil.
El dolor siempre estará ahí, ¿pero qué ganas sumiéndote en él?
Ni un desamor, ni un trabajo, ni una responsabilidad ni NADA debería impedirnos poder vivir plenamente.
Lo que yo hago es decirme a mí misma: "mañana podrías morir, ¿de verdad quieres que lo último que hayas hecho en tu vida sea haber ignorado una cena con tus amigos por quedarte a estudiar?" Y ya nunca me arrepiento de las cosas que hago. En un segundo podemos irnos, desaparecer. Hágamos que nuestra vida valga la pena.

Tienes que mirar a los ojos del tiempo y decirte a ti mismo que no te vas a permitir morir sin antes haber vivido.


"La esencia de la vida es ser uno mismo. Nunca cambiéis ni dejéis que nadie os cambie."~Garson(L)

jueves, 12 de julio de 2012

A ghost

Todos tenemos defectos. Absolutamente todos. A esa regla, no hay nadie que se escape, no hay excepción.
¿Existe la perfección? No, no existe. ¿Y por qué no? Porque la perfección se basa en la percepción, en un todo subjetivo que abarca desde los rasgos físicos, las habilidades y el comportamiento hasta la forma de ser. Para lo que una persona puede resultar agradable, para otra puede resultar horrible. Los seres humanos no somos iguales unos de otros, somos absolutamente diferentes entre nosotros. Tenemos gustos distintos, vemos la vida de distinta manera. No importa la manera en la que nos hayan educado ni el sitio en el que vivamos: nadie piensa igual.

Por eso no existe la perfección.

Aunque, pensémoslo. ¿Qué tiene de bueno la perfección? 
Una persona perfecta. Alguien incapaz de cometer un sólo error en toda su vida. Una persona experta en cualquier tipo de deporte o habilidad, superdotado en cuanto a inteligencia, de físico envidiable y comportamiento impecable. 
¿De verdad alguien quiere ser así?
Alguien que no es capaz de cometer ni un sólo error tampoco es capaz de aprender la lección que ese error le suministra. Una persona experta en cualquier ámbito o superdotada no siente la emoción de ganar, ya que lo hace siempre. Una persona de físico envidiable jamás sabrá si le quieren sólo por eso o por ser ella misma. Una persona de comportamiento impecable, incapaz de salirse de las normas o de cometer una locura, resulta... aburrida.
Exacto, eso es. Aburrida.

La perfección es aburrida.

Entonces, ¿por qué tanta gente busca la perfección?
Siempre he pensado que buscamos mal. Buscamos ser perfectos nosotros, tener un gran físico, tener muchas habilidades... cuando lo que deberíamos buscar es ser perfectos, sí, pero perfectos para alguien. Que alguien nos vea perfectos pero por lo que somos, por lo que tenemos..no por lo que deberíamos tener.
Alguien que nos vea perfectos con nuestros kilitos de más, con nuestras estrías, nuestra celulitis y cualquier tipo de imperfección del cuerpo.
Alguien que nos vea perfectos por nuestros fallos, por nuestra torpeza o por nuestros despistes.
Alguien que nos vea perfectos por nuestros cambios de humor, por nuestras rabietas inesperadas o por nuestras lágrimas sin sentido.
....
Alguien que nos vea perfectos tal cual somos.

Con todos nuestros defectos.

Yo no soy ni mucho menos perfecta. Al contrario, creo ser una de las personas con más defectos sobre la faz de la Tierra. Creo que incluso dentro de mis virtudes tengo defectos. Soy todo un caso.
Las personas no suelen durar mucho tiempo a mi lado. Y con eso no me refiero sólo a los novios, si no a todos en general. Creo que los alejo, que los echo de mi vida. ¿Y por qué los alejo? No lo sé. Simplemente... pasa. Aunque sé que es culpa mía, que es mi forma de ser lo que hace que lleguen al punto en el que un día ya no pueden soportarme más... y se van.
No les culpo. Seguramente, si yo fuera una persona externa, también terminaría alejándome de mí. Creo que incluso, si pudiese alejarme de mí misma ahora, lo haría.
Soy sumamente insoportable. No es que sea bipolar, es que soy totalmente inestable. Paso del cariño y la alegría a la amargura y la grosería en 0 coma.
Entiendo que las personas me prometan que van a estar a mi lado siempre. Si son mis amigos, es normal que lo hagan, ¿no? Igual que también entiendo que rompan esa promesa al poco tiempo de haberla hecho, ya que "permanecer a mi lado siempre" es una misión imposible y un tanto suicida. Soy yo quien hago que esas personas dejen de preocuparse por mí y se aparten, con mis continuos desdenes, pensamientos "random" y mis contestaciones bordes, además de mis indirectas.
Sin embargo, aunque soy yo quien provoca que deje de importarle a la gente, eso no evita que me duela y me sienta mal cuando lo hacen o que les eche en cara que una vez prometieron "permanecer a mi lado y estar para mí". Porque quizás haya sido yo quien les echó de mi vida, pero si alguna vez estuvieron en ella, me importaron.
Hay gente que me ha acusado de sumirme en la soledad. Me dicen que no soy capaz de ver lo que tengo y que me abandono a estar sola. Pero eso no es verdad. O quizá sí lo sea, pero esas personas no saben qué es lo que he pasado en mi vida. Y quizá haya personas que en su vida hayan pasado por cosas peores que yo y que me digan "pues yo he tenido una vida mucho peor y aquí me tienes, tirando para delante blablablablablabla".  Pero es que no todos somos iguales. Quizá sea que a mí las cosas me afectan de forma diferente, que para mí un simple gesto de desprecio o un abandono me marque más que a cualquier otra persona. Pero es que, como he dicho antes, ningún ser humano es igual a otro.
Y aún cuando todas las personas que han pasado por mi vida han acabado por alejarse a lo largo del tiempo, es algo a lo que no logro acostumbrarme, a pesar de que es un algo continuo.
Cada vez que alguien me abandona es como una patada en el estómago que me dificulta el respirar. Veo cómo se alejan y es algo que no puedo evitar, a pesar de que lo intento. Y sí, lo intento. Intento con todas mis fuerzas aferrar a esa persona a mí. Intento cualquier método para evitar que se vaya, para hacer que se quede a mi lado como una vez prometió. Pero es inútil. Es inútil, porque he sido yo misma quien ha alejado a esa persona, quien ha hecho que deje de importarle, quien la ha echado a patadas de mi vida.
Y esa sensación... esa sensación de impotencia, esa sensación de estar continuamente sola es lo que la gente no entiende. Me critican. Me juzgan. Me recriminan que digo estar sola cuando estoy rodeada de gente. Pero no se dan cuenta de que cuando, a lo largo de toda tu vida, durante 19 años, has visto cómo todo el mundo se ha apartado de ti y que nadie de los que está ahora mismo contigo son los mismos que estaban hace un par de años, la sensación de soledad es algo inevitable.
¿Y qué hago para que la gente se aleje? Ser yo misma. Ese es el problema.
Cuando tengo un día malo, no puedo evitar el volverme borde, seca y celosa. Me invade un sentimiento de "no soporto a la gente" que no puedo remediar y soy incapaz de hablar con nadie. En mis días malos todo el mundo me cae mal. Miro con desprecio el móvil cada vez que suena, ignorando a cualquier persona que esté al otro lado de la línea o del whatsApp. En mis días malos me vuelvo egoísta, grosera y criticona. Me vuelvo contra el mundo. Es un odio generalizado, no dirigido a nadie en particular. En mis días malos me encierro tanto en mí misma que ni yo logro encontrarme. Y es precisamente en mis días malos cuando la gente empieza a tomar constancia de que no valgo la pena... y empiezan a alejarse.
Pero, ¿qué puedo hacer yo? Soy así. Es mi carácter. Es mi forma de ser. Es algo que forma parte de mí y que no puedo cambiar. 
También hay veces en las que soy yo quien se aleja.. pero es que ¡necesito desconectar! Cada día, cada minuto tengo a alguien encima deprimido que me pide ayuda y que me cuenta sus problemas, volcando en mí todo lo que le pasa.
Y yo estoy ahí. Estoy ahí para todo el mundo a pesar de que no hay nadie para mí. Escucho atentamente todo lo que me cuentan, intento hacer cosas que animen, me vuelco en ingeniar detalles que alegren a esa persona. Pero es que son muchas personas y llego a un punto en el que necesito relajarme y pensar en mis propios problemas. Supongo que eso es algo que la gente también ve como un defecto, el hecho de que en ciertos momentos pase de todo el mundo. Pero no creo ser la única persona a la que le importen esas personas, tiene que haber alguien más en sus vidas para atenderles y escucharles. No entiendo por qué tengo que ser yo quien se coma todos sus marrones.
La diferencia entre ellos y yo, es que yo me alejo por un corto espacio de tiempo, no más de un día o dos: ellos se alejan para siempre de mí. 
Y ahí tenemos otro de mis grandes defectos: espero más de las personas sólo porque yo estoy dispuesta a dar mucho más por ellos. Siempre acabo idealizando todas mis relaciones (amores/amistad). Me creo altas expectativas, esperando a que reaccionen de una forma.. cosa que no ocurre nunca. Y entonces, cuando no reaccionan como yo espero, me llevo el chasco. Y me cabreo. Claro que es un cabreo irracional, ya que no es culpa de esa persona si no mía por haberme creado esas esperanzas, pero aún así me cabreo. Y, cómo no, termino comportándome borde con esa persona. Otra de las muchas razones por las que terminan alejándose de mí.
No soy la mejor persona del mundo. Ni siquiera soy buena. Es más, soy un desastre. Como me dijo una vez una amiga mía: "soy una artista sin memoria sólo con ojos para mis obras". Y es cierto. Respecto a todo lo que tenga que ver con mi talento o con lo que me gusta, no hay nada que se me escape. Pero cuando se trata del resto... soy todo un desastre. Mi cabeza no da para más, no es capaz de acordarse de un dato que yo considere sin importancia por mucho tiempo. Y aunque sea un dato importante, si no tiene relación con mis obras, lo olvido al instante. Y mucha gente se enfada conmigo por ello todo el tiempo. Porque olvido algo en mi casa, porque no recuerdo que había que hacer cierto trabajo, porque no recuerdo algo que dijeron.... 
Y además, soy una duda continua. Me paso la mayor parte del tiempo cuestionándomelo todo a mi alrededor. Y por esta razón no pienso como el resto. Soy como la oveja negra del rebaño, que no sigue a los demás borregos, si no que se escapa a donde el pastor no la pueda ver. 
Siempre ando cavilando en mil cosas distintas. Formulando distintas teorías sobre todo aquello que me rodea. Dios y el Diablo, por ejemplo. Nadie entiende por qué me fascina tanto Lucifer, y es que no saben que mi imagen de éste no es la misma que tienen ellos y a mi forma de verlo no es nada malo. Y esa forma de pensar, el hecho de cuestionármelo todo, de defender el derecho de las personas a expresarse como quieran sin que tengan que ser criticadas por el resto de la sociedad por lo que hagan, es lo que causa aprensión en la gente hacia mí. 

Creo que puedo decir sin equivocarme, que no hay absolutamente nada de mí que no aleje a la gente. Mis defectos son demasiado complicados. Y, aparte de complicados, son muchos. Demasiados. Nado entre defectos.

Nadie en su sano juicio llegará a verme perfecta por lo que soy, por mis defectos.

Yo soy la excepción que confirma la regla.

Pero al menos yo no me oculto y soy sincera con lo que soy. Sola, sí, pero siendo yo misma.

Mírate al espejo y dime lo que ves. ¿Qué máscara llevas hoy?



miércoles, 27 de junio de 2012

Como hormigas bajo una lupa

¿Quién dicta qué es bueno y qué es malo?
¿Quién se encarga de establecer qué es lo socialmente aceptado?

Todos buscamos ser respetados por lo que somos, pero también juzgamos a otros por lo que son. ¿Hipocresía? Quizás. O simplemente la presión social. Pero claro, ¿no son exactamente lo mismo?
La presión social conlleva hipocresía... hipocresía hacia los demás y hacia uno mismo.

Es que realmente no entiendo que se tenga que criticar a alguien por su aspecto físico, por su personalidad, por sus gustos o por su ropa. Ni por su ideología, su cultura, su color de piel o su orientación sexual. ¿De verdad estáis tan aburridos que tenéis que meteros en la vida de los demás?

No sabía que por querer ser uno mismo tenías que ser linchado, ni por querer expresar lo que piensas tenías que ser censurado. Yo creía que vivir era poder disfrutar al máximo de tu tiempo de la forma que te apetezca, no teniendo que cambiar quien eres para evitar críticas o humillaciones. Y ya no es simplemente eso, si no que, además, si eres una persona extravagante, hippie, emo, heavy, etc. es que no eres tú mismo, si no que sigues la moda. Ver a niñas "pijas" con camisas de Nirvana, Rolling Stones o Guns'n Roses, preguntarles por alguna canción suya y no sepan ni decirte una sola. Pero claro, una persona realmente fan del grupo y que lleve la camisa ya será tachada de cualquier cosa, por la simple razón de que las niñitas que "van a la moda" las llevan puestas y desprestigian a los que las llevan por amor al grupo. Es que ahí está precisamente el problema. Ya ni siquiera podemos ser nosotros mismos, y no porque se nos critique por ser raros o lo que sea, si no porque si tu estilo está de moda, ya todo el mundo cree que simplemente eres así por seguir esa moda.
Pues no, señores, no voy a la moda. Me gusta Nirvana y Guns'n Roses, las muñequeras, la ropa negra, los cinturones de tachuelas y las camisas de calaveras. Escucho heavy, rock y metal y llevo las medias rotas. Pero es algo que soy, no algo que sigo.

Al parecer, ahora la única música buena es el rock y el heavy metal. ¿Por qué? Lo admito, esa es la música que me gusta, pero no estoy con aquellos que afirman que es el único estilo de música aceptable. Porque ahora veo en páginas web (como, por ejemplo, teníaquedecirlo) comentarios del tipo "Metallica, Queen y Nirvana sí que es música, no la basofia que se escucha hoy en día". Señores, permítanme decirles que se equivocan. El rock y el heavy metal es música, pero también lo es el jazz, el rap, la salsa, la música clásica, el house, el pop y, sí, ¿por qué no decirlo?, el reggaeton también. Nos pueden gustar más unas o nos pueden gustar menos, pero todo al fin y al cabo es música. También he de decir: personas que afirman que el rock y el heavy metal son la única música válida pero, sin embargo, elogian a Michael Jackson, ¿se han dado cuenta de que él es el rey del POP? Elvis Presley es el rey del Rock&Roll, Mozart uno de los mayores genios de la música clásica, Eminem uno de los mejores raperos del mundo, David Guetta entre los mejores Dj's del mundo, Marc Anthony sobresale en salsa y Ella Fitzgerald es una maestra del Jazz. Cada uno sobresale en un estilo de música diferente. Sí, Queen, Nirvana y Metallica son grandes grupos del rock, pero no los mejores grupos del mundo en música. Pueden serlo para mí, o para ti, pero no tienen por qué serlo para todos, ya que habrá gente a la que no le guste el rock, pero sin embargo ame el pop y  considere al mejor cantante del mundo a Michael Jackson. No tenemos por qué imponerles a los demás lo que nosotros creemos que es mejor, ya que como es típico, para gustos colores..

Yo soy de esas personas que odian a muerte el reggaeton, pero si existe es porque a alguien le gusta, ¿no? Y es que también soy de esas personas que piensan que si te gusta una canción, ¿qué más da el género o cantante que sea? Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que me gusta al menos, como mínimo, una canción de todos los géneros de música, incluido el reggaeton. Porque es muy fácil criticar un estilo de música por la generalización que se hace de él. Todos se meten con el reggaeton porque es un género de música que denigra a la mujer, que es basto y no tiene un sentido lógico y porque muchos lo consideran ruido. Pero, ¿verdad que no habéis escuchado todas y absolutamente todas las canciones de reggaeton? Porque yo he encontrado más de una que la letra me encanta, que es pegadiza o que dan ganas de escuchar (probar con Te amo de Rakim&Ken-Y) y no por ello estoy faltando a lo que soy, ni soy una choni ni doy asco. Asco dáis vosotros, que porque no os siga como los borregos tenéis que criticar. ¿Ahora qué? Por admitir que me gustan algunas canciones de reggaeton, ¿os pondréis a criticarme, meteros conmigo o llamarme cualquier cosa? Me parece lo más patético del mundo, la verdad. Y ya que estamos, ¿sabéis que otra canción me gusta? Never say never, de Justin Bieber. Sí, Justin Bieber, ese al que ahora mismo todo el mundo le tiene tirria y al que todo el mundo critica. ¿También me vais a despreciar porque me guste alguna canción de Justin Bieber? Hola, no soy ninguna de esas crías chillonas y descerebradas que tiene por fans, gracias. Simplemente me gusta alguna canción de él. ¿Y por qué no? El chico no tiene mala voz. Lo que pasa, es que la gente tiene la manía de meterse, criticar, insultar y denigrar a un cantante simplemente por la masa de fans que crea. Que yo sepa, Justin Bieber no tiene la culpa de que un montón de niñatas malcriadas y sin dos neuronas conectadas en el cerebro, hagan lo que hagan por él. Él era un chico normal, que subió sus vídeos a youtube y tuvo la suerte de cumplir su sueño de ser cantante. ¿Por eso le llamáis gay? ¿Qué tendrá que ver la orientación sexual de una persona con su música? ¿Os vais a meter con todos los que cumplan sus sueños? Ah no, claro, os meteréis conmigo por decir algo TOTALMENTE LÓGICO Y COHERENTE. Lo peor de todo es que eso no ocurre sólo en la música, si no que pasa también en el cine. ¿El gran ejemplo? Crepúsculo.
Yo no soy fan de Crepúsculo. Me gustan las películas, las he visto y las tengo en DVD, pero no soy fan. No me he leído los libros ni me gusta la forma en la que Stephenie Meyer ha plasmado a los vampiros (ya que soy total y absolutamente fan de los vampiros de antes, esos que se quemaban a la luz del sol, tenían sed de sangre y no se reflejaban en espejos), pero me gustan las películas. Me gusta la historia, la trama y demás. Pero como pasa siempre, el género de fans que ha creado (la mayoría formado por niñatas entre 11-15 años a las que se les caen las bragas por Taylor Lautner y ni siquiera sabían de la existencia de los libros antes de la película) ha hecho que todo el mundo se meta con la saga. ¿Os habéis leído los libros? ¿No? Entonces, ¿con qué argumentos me decís que la saga Crepúsculo es una mierda? Y lo peor de todo es que eso mismo va a pasar ahora mismo con la trilogía de Los Juegos del Hambre.
A día de hoy, estoy por encontrar un libro que me guste tanto, me enganche tanto y me ponga la piel de gallina como me la ponen los tres libros de Suzanne Collins. Son... no sabría describir lo increíbles que son. Y la película también me encantó (a pesar de la decepción que me supuso la de cambios que hicieron respecto al libro). Pero claro, ahora digo que soy fan de Los Juegos del Hambre y PUM, crítica negativa al canto. Hola, soy fan de los libros desde 2009, antes de que se empezara a filmar la película, gracias. ¿Y por qué? Los fans mediocres, esos que ni se han leído los libros y sólo van al cine por los actores que salen en ella, y esto no incluye aquellos que vieron el trailer de la película, se interesaron y se hicieron fans por la película y luego leyeron los libros...no sé si me explico. A lo que me refiero, es que siempre pasa igual, lo que hace que la gente se meta con algo es la multitud histérica de fans enloquecidas, niñatas que sólo ven una cara bonita. ¿Queréis que os de un ejemplo? El día del estreno de la película de Los Juegos del Hambre, en la sala de cine tenía sentada detrás mía a un coro de niñas entre 13-15 años. Y, ¿qué dijo una de ellas? Cito textualmente: "ay, qué ganas de ver a Josh Hutcherson. Yo es que sólo la vine a ver por él". Aplauso para la señorita. Gracias a niñatas como tú, la gente empezará a meterse con la película. Gracias, en serio.

Y es que es así. La gente no se mete con la jauría de fans histéricas y descerebradas, si no con la película/cantante/género musical/etc. Y a eso sólo se le puede llamar de una forma: IGNORANTE.


Y así con todo... forma de vestir, ideología, cultura... siempre tenemos que andarnos metiéndonos con todo el mundo por cualquier cosa. Siempre hay alguna excusa. Y eso es verdaderamente patético.
Lo peor de todo son las generalizaciones que se les da a las cosas. Típicas fotos o frases en los que la gente se ríe de un otaku o de un friki al que le guste mucho algo, algún anime o algún videojuego, y ya tengan que soltar la frase: "así protege su virginidad". Pues ole vuestros cojones, porque conozco a más de un friki, de esos que aseguráis que no se come un rosco, que moja más que vosotros..


Pero creo, que lo verdaderamente peor de la mierda de sociedad en la que vivimos, es que alguien se meta con un discapacitado. Niñ@, ¿dónde te dejaste el cerebro? Porque realmente, eso sí que no me parece normal.
¿Sabéis cómo se llama eso? COBARDÍA.

Pero eso pasa con todo. Tu opinión es la que cuenta y la de los demás es una mierda. Claro. Muy lógico todo.
Díganme, ¿no se sintieron felices y contentos cuando hoy la Selección pasó a la final de Eurocopa? Porque yo sí, y mucho. Hasta el momento en que me metí en twitter y empecé a ver los comentarios de cierta gente, como por ejemplo: "antes no eras español, pero ahora sí, no?", "qué asco me dais, de verdad, con el jodido fútbol. Ahora sí sois españoles, no?". ¿Y como esos? La tira.
Os voy a decir una cosa, y que os quede muy clara. Soy española el 100% del tiempo. Me siento orgullosa de la Selección. Y sí, pienso que el país da vergüenza, pero culpa de Rajoy, no mía.
Pero no, según vosotros, yo tengo que estar el 100% del tiempo amargada por la crisis, tengo que presumir de ser española cuando el país va como el culo por cuatro políticos asquerosos y tengo que pasarme el día hablando de la situación en la que estamos. Creo que todos nos merecemos ratos de alegría en los momentos duros, y si nos los da el fútbol, ¿qué más os da? ¿A ti no te gusta el fútbol? Pues no lo celebres, pero no vengas a decirme a mí que yo, por celebrar la victoria de la Selección, no me preocupo por cómo está la situación económica del país. Igual que tampoco puedes venir a recriminarme eso de "¿qué pasa? Antes no eras español pero ahora sí, ¿no?". No, perdona, yo soy española siempre, pero no voy a ir presumiendo por ahí y diciendo "soy española" cuando somos la vergüenza de Europa. Yo presumo de ser española cuando pasan acontecimientos que me hacen sentir orgullosa de mi país, y si esos momentos me los da el deporte, pues me los da el deporte y punto. ¿O acaso tú presumes cuando suspendes alguna asignatura? No, ¿verdad? Tú presumes cuando sacas sobresalientes. Pues esto es igual. Así que no vengas a creerte mejor que yo y decir que doy asco, porque aquí, QUIEN DA ASCO ERES TÚ.

Y os voy a decir una realidad y una verdad como un templo:
El país (ni el mundo) va a cambiar, hasta que no cambie la sociedad y su mentalidad.


Todos tenemos una máscara que oculta la verdad de lo que somos.

miércoles, 20 de junio de 2012

Mistake


Y fue sólo un momento de distracción
y volvió a latir mi corazón…
Ya no sé que hacer…
¿y si todo vuelve a salir mal?
Si es que ya sé de que va esto..
Sé el principio del cuento
e intuyo el final….


martes, 19 de junio de 2012

Puedo jurar que si tuvieras una vida, no estarias hablando de la mia.

Gente sin cerebro que se cree que el mundo es suyo.
Gente que te traiciona pero que se creen tus amigos.
Gente con mucha cara que se aprovecha de cómo eres.
Gente sin vida propia que se mete en la de los demás.
Gente miserable que para sentirse mejor hacer sentir más miserable a otro.
Gente que te critica a las espaldas pero te pone buena cara.
Gente que no es capaz de salir de su propio agujero e intenta meter a otros en él.
Gente que finge ser simpática y te miente a la cara.
Gente chismosa que no es capaz de mantener la boca cerrada.
Gente que finge ser lo que no es para agradar a quien menos deberia importarle agradar.
Gente caprichosa incapaz de ver lo que tiene delante.
Gente masoquista incapaz de mover un dedo para cumplir sus sueños.
Gente sin corazón a quien no le importa jugar con los demás.
Gente que teniendo todo no tiene los huevos suficientes para disfrutarlo.
Gente con talento que lo desperdicia volcándose en sus miserias.
Gente que, cuando se ve sola ante la desgracia, pretende pedir ayuda a quien alguna vez humilló.
Gente que se cree graciosa... pero que sus bromas y chistes pueden hacer sentir una mierda a la persona de la que se ríen.
Gente capaz de decir "te amo" cinco veces al día... a cinco chicas/os diferentes.
Gente capaz de criticar sin conocer.
Gente incapaz de decir lo que siente.
...

Lo mejor de la vida?? Olvidarse de esa porquería de gente, que no son más que cuatro parásitos que están de paso por el mundo, y disfrutar cada uno de los pequeños detalles de cada día que en conjunto son, realmente, lo que de verdad importa y lo que te hace disfrutar.

Porque sin duda, MI VIDA vale más que la que ellos se inventan.



lunes, 18 de junio de 2012

Exactly.

Chicas de mi clase, tenía que decir que sí, prefiero ir con él a conciertos de metal, que hacer una escapada romántica; prefiero que ensayemos juntos a que me componga poesías; que me invite al Mcdonalds que a un restaurante caro; que nos despollemos con vídeos de Remi Gaillard que ver una película romántica; que me regale chuches a que me regale joyas; jugar con él a la play que dar un paseo. No soy tan rara. TQD


viernes, 8 de junio de 2012

My heart 2

-Chist
+¿Mmm?
-Soy yo.
+¿Qué haces aquí?
-He venido a verte.
+Creí que estabas escondido y nunca saldrías.
-Lo sé.
+Entonces no entiendo qué diablos haces aquí.
-Tengo buenas noticias.
+Tus noticias nunca son buenas.
-Esta vez lo son.
*Suelta un suspiro*
+Sorpréndeme. 
-Ya no hay dolor.
+¿Qué quieres decir?
-Se ha ido para siempre. Él ya no está.
+Pero... dijiste que se quedaría para siempre, que nunca podrías hacerlo desaparecer.
-Y así es... su recuerdo sigue en mí, pero él ya no.
+¿N-no está..?
*Niega con la cabeza*
-No, le he echado.
+¿Cómo lo has hecho?
-Extirpándolo, igual que se extirpa un tumor.
+Muy adecuado...
-Pero hay un problema.
+¿Cuál es?
-No te volverás a enamorar.
+¿Nunca?
-No exactamente.
+Explícate.
-Puedes... pero te costará muchísimo.
+Pues no le encuentro el problema.
-Si tú lo ves así.
+Ya he sufrido bastante. Y tú también.
-Sí... aún duelen las grietas.
+Pues mejor así.
-Bueno... regreso a mi escondite.
+Corazón...
-¿Sí?
+Gracias.

*Se aleja con una sonrisa*


sábado, 26 de mayo de 2012

Its not the same

¿Y cómo has logrado, conseguir lo imposible?
Que mis sentimientos cambiasen y mi corazón respire.
...
Y es que... ya no es lo mismo. Tú me has alejado con tus continuos desdenes.
Y es que me he dado cuenta de que a estas alturas mi estado de ánimo ya no depende de ti.
Los "rollitos" que te traes han empezado a deslizarse por mi piel, ya no me afectan.
Y que lo que "hacemos" parece que es lo único que te importa de mí.

Hubo un momento... en que eras tú quien se alejó. 
No te apetecía hablar conmigo.
Todo cambió..

Pero es que ahora es mi turno. 
Ahora son mis sentimientos los que han cambiado.

Sin embargo, no te creas, aún te quiero. Pero no te amo.
¿Y que lo que siento por ti aún es especial?
Sí. Pero ya no es tan fuerte.

Y si realmente quieres que te vuelva a amar, me tendrás que ganar.
Porque yo ya me he cansado de luchar.


sábado, 5 de mayo de 2012

Letter to you

Hoy escribo en esta hoja de papel en blanco, con mi sangre como tinta y mi dolor como impulsor de las palabras.

Querido tú,
me dirijo a ti para poder aliviar esta carga que le impide a mi corazón seguir latiendo. Quizá esta carta nunca llegue a su destino, quizá tú nunca llegues a leerla, pero me quedo mucho más tranquila sabiendo que tuve el valor suficiente de escribirla y de dejar que todas aquellas emociones y sentimientos guardados por fin salgan a volar.
Quizá me guardes rencor, quizá me odies o ya ni pienses en mí, pero quiero que sepas que si tomé la decisión que tomé fue por nuestro bien. Quizá en este momento no lo veas claro, puesto que yo tampoco lo hago, pero el tiempo nos ayuda a comprender. Yo sigo sin entender por qué tiene que ser así, pero puesto que fui yo quien lo decidió, no tengo más que decir.
Espero que algún día me puedas perdonar y si no lo haces lo comprenderé.
Fue mucho dolor lo que viví. Fueron muchos momentos de lágrimas los que pasé. Pero no cambiaría ni una sola cosa buena de las que vivimos ni un sólo "te quiero" por eliminar esos momentos malos. Porque prefiero mil veces más uno de nuestros momentos felices con cientos de momentos malos, que muchísimos momentos felices pero sin ninguno a tu lado.

Quiero que sepas que mis sentimientos cambiarán, pero no pronto. Algo que es tan fuerte no se desvanece en poco tiempo, puesto que "donde hubo fuego, cenizas quedan" y lo que hubo entre  nosotros fue un gran incendio.
El destino es caprichoso y quiso ponernos en el mismo camino para luego desviar a cada uno por un lado diferente. Pero aunque sigas un camino nunca olvidas que había otro, y de la misma forma yo nunca olvidaré todo lo que pasé contigo. Y quizá encuentre nuevas personas en este nuevo camino y quizá las encuentres tú también. Quizá se crucen ante nosotros nuevas personas que nos hagan sentir que podemos olvidar y vivir algo nuevo.. pero no nos engañemos, nunca se olvida;  sólo se deja de pensar en ello. Sin embargo, espero que ambos encontremos alguien que nos haga sentir cosas maravillosas, más de lo que tú y yo sentimos el uno por el otro, mucho más.
Quizá en un futuro nuestros caminos se vuelvan a cruzar... . Pero por ahora los caminos están divididos. Y si eso ocurre, y en un futuro tu camino se cruza con el mío, y ambos hemos seguido un destino, estaré feliz de alegrarme por como sea tu vida, siempre y cuando tú seas realmente feliz como estés.Y espero sinceramente, que te alegres por mí y mi nueva vida...
Pero hasta que ese momento llegue (si llega) nos toca pasar por muchas cosas. Yo ahora paso por el dolor, un dolor perpetuo. Y si ahora mismo a ti te toca odiarme, lo entenderé y lo aceptaré. Pero espero que nunca olvides que, sean como sean las cosas, te quise, pero lo superaré.
Me despido aquí. 
Hasta que nuestros caminos se vuelvan a encontrar.